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El milieu, de hecho, - caracterizado por valores compartidos, comunes representaciones y códigos de comportamiento y sentido de pertenencia, ayuda en realizar tres importantes funciones de carácter cognitivo:

 

  • la transcodifición de la información y su evaluación a través de contactos informales, imitación, mutua interpretación de los “ruidos” del mercado, es decir a través de un proceso socializado y colectivo;
  • la coordinación de las decisiones particulares, para facilitar no solamente las decisiones sino también la acción colectiva. La confianza entre los actores locales facilita esta función, así como los dispositivos de exclusión, sanción (social) para los comportamientos transgresivos u oportunísticos:
  • el aprendizaje colectivo, que encuentra en el milieu local el substrato permanente en el cual incorporarse.

Estos efectos son en parte espontáneos, en cuanto existe proximidad geográfica y proximidad cultural ente actores locales, y en parte dependientes de una explícita cooperación ente actores locales, que requiere alguna forma de governanza local. En ambos casos, los elementos de la ventaja competitiva se encuentran más en lo externo de la empresa, que en su interior, más en el milieu local que el las empresas localizadas en su espacio geográfico.

Los territorios y los entornos compiten y cooperan entre ellos, construyendo su propia ventaja competitiva. Esto tiene ventaja para la economía de un país y la economía global, si una visión “evolutiva” del desarrollo es participativa, es decir es parte de un proceso que evoluciona “desde abajo” y no de un proceso definido cuantitativamente a nivel macro y sucesivamente articulado por cuotas en los diferentes territorios. En este último caso, de hecho, el desarrollo sería condenado a tener suma cero, mientras que en el primero muchas otras posibilidades se abren para un juego con suma positiva.

 

La OCDE (1999) reconoce que “Una de las tendencias más importantes de los últimos años, y que está vinculada a la apariencia del mismo enfoque de desarrollo local, ha sido una re-orientación de las políticas sociales y económicas de los instrumentos sectoriales ‘desde arriba’ a las estrategias de desarrollo local ‘desde abajo.’ Los instrumentos ‘desde arriba’ para crear nueva infraestructura física (tales como las instalaciones de transporte y comunicación y los predios industriales) para implantar inversiones con dueños externos o para apoyar los sectores en declive muchas veces no han logrado conseguir los efectos anticipados, tales como el de goteo hacia abajo o el crecimiento en las áreas atrasadas. En contraste, es cada vez más reconocido que el apoyo ‘desde abajo’ para el desarrollo endógeno puede ser muy eficaz en apoyar el desarrollo en el largo plazo a través de medidas como el apoyo de los emprendedores, desarrollar el capital humano, difundir la innovación y construir instituciones locales y redes duraderas. El cambio hacia un enfoque ‘desde abajo’ y hacia las estrategias endógenas de desarrollo está vinculado a los nuevos conceptos del proceso de desarrollo económico y a ciertas nuevas teorías sobre la importancia del ambiente local para la competitividad de las empresas.”