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f) Los aspectos de desarrollo institucional: utilizando los procesos e instituciones existentes o creando procesos e instituciones nuevos. Uno de los resultados visibles más comunes es la creación de una institucionalidad nueva para servir a los objetivos marcados por el Plan. La concertación social se traduce con frecuencia en organismos o lugares de encuentro para la coordinación entre administraciones y la concertación público-privada y eventualmente se propone la creación de una Agencia de Desarrollo, cuyo cometido se centra en la prestación de servicios a empresas en unos casos, en otros se amplía para cubrir el espectro de actuaciones previstas para el desarrollo del territorio.

g) La articulación y formalización de la participación social en las distintas partes del proceso, desde la identificación de prioridades hasta la ejecución, control y seguimiento. Los casos avalan el importante lugar que ocupa la concertación social en estos procesos, implicando tanto al sector privado como a la Administración Pública. Puede decirse que en más de un caso el principal logro del proceso ha sido precisamente el desarrollo de las prácticas y hábitos de concertación social que constituyen un auténtico capital social.

h) El objetivo último de los planes estratégicos, cuando están formulados como tales, que se expresa habitualmente en una formulación sencilla, como es la creación de empleo, renta y riqueza, la mejora de la calidad de vida de la población o la reducción o eliminación de las desigualdades sociales y las causas de marginación o exclusión social. Una constante en los planes considerados es la referencia a la necesidad de insertar las economías locales en los mercados nacionales e internacionales potenciando su competitividad. La estrategia de desarrollo subnacional no es, pues, una respuesta proteccionista frente a la política nacional de competitividad y desarrollo económico sino su dimensión territorial: No es una estrategia complementaria, sino la forma de desplegar los objetivos de competitividad a través de los distintos niveles de gobierno y del territorio.

i) El tipo de actividades se incluyen para alcanzar el objetivo de promoción del desarrollo económico local.

  • Provisión o mejora de servicios básicos que benefician a la población en general. Aún siendo necesarias para mejorar las condiciones de vida de la población, no están directamente ligadas a las condiciones operativas del tejido productivo local.
  • Actuaciones tendentes a corregir o compensar las carencias y desventajas competitivas de las empresas del territorio, desarrollando la oferta de infraestructuras y servicios. Su objetivo inmediato es eliminar los costes adicionales que merman la competitividad de las empresas instaladas en el territorio y que desincentivan la atracción de empresas foráneas para instalarse en él.
  • Actuaciones tendentes a desatar las potencialidades del territorio, construyendo ventajas competitivas sobre las que desarrollar nuevas oportunidades de negocio.

l) La financiación tanto del proceso como de las actuaciones.

Aplicando lo que decían los autores previos, G. Canzanelli(2001) concluye que las localidades y territorios marginales pueden también identificar diversos recursos (económicos, humanos, institucionales y culturales) y economías de escala que sean subutilizadas que constituyen su potencia para el desarrollo. Cada localidad o territorio es caracterizado, por ejemplo, por una estructura productiva determinada, un mercado laboral, una capacidad emprendedora, un conocimiento, recursos naturales y infraestructura, un sistema social y política, y una tradición y una cultura, sobre los cuales los procesos de desarrollo económico local se articulan.