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Resumen

El sistema productivo mundial está constituido por un conjunto heterogéneo de actividades, parte de las cuales integran el núcleo globalizado del mismo. Para poder competir en este núcleo, Porter identifica cuatro factores interrelacionados que forman un diamante y que son fundamentales para alcanzar la ventaja competitiva de una nación, de una región o de un área local.

La competitividad de las naciones o territorios surge no sólo de las condiciones de los factores, que es la teoría de la ventaja comparativa, sino también de la exigencia de los clientes, del cluster de empresas e instituciones de apoyo al sector, y de un marco institucional que asegure la alta rivalidad dentro de reglas del juego bien establecidas y respetadas. Cuando añadimos estos otros tres puntos del diamante, tenemos la ventaja competitiva que es fundamentalmente distinta del concepto tradicional de la ventaja comparativa y que representan las actuales condiciones de la competitividad. En términos sintéticos se podría también clasificar estos factores como pertinentes del sistema de producción industrial, de los procesos de aprendizaje, y de la estructuras de governanza.

La Unión Europea, según la experiencia del programa LEADER, implementado en las áreas marginales, presenta la noción del Capital Territorial, definido como “ el conjunto de los elementos a disposición del territorio, de carácter tanto material como inmaterial, que pueden constituir, de cierto modo, activos, y de otro, dificultades.

Cada territorio tiene un trayectoria económica propia y que no todos los territorios actuarán.

La teoría endógena agrega que todas la ciudades y regiones, sí estén en el Sur o en el Norte, el centro o la periferia, ganarán o perderán en función de sus recursos naturales y humanos y en función de sus vínculos con la economía global. Dado que la economía global es asimétrica y policéntrica, el camino de desarrollo es determinado por su habilidad de responder y adaptarse a los retos de la competitividad del mercado.

Las localidades y territorios marginales pueden también identificar diversos recursos (económicos, humanos, institucionales y culturales) y economías de escala que sean subutilizadas que constituyen su potencia para el desarrollo. El mercado mundial no es un sistema “a suma cero” y siempre hay espacio para nuevos productos, sobre todos productos o servicios de nicho, que sean innovativos, que responden a una marca de calidad, y que pueden movilizar una nueva demanda.

Muchas veces estos recursos no son valorizados y hay factores que impiden, tales como el acceso difícil a los servicios financieros y otros, poca iniciativa de emprendedores, y la falta de infraestructura o de medios de comercialización. El potencial endógeno disponible en los territorios marginales puede ser valorizado cuando estas dificultades son enfrentadas y resueltas, sobre todo cuando sea organizado en cadenas del valor territoriales.