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  • parques para proveedores
  • Eliminar barreras a la competitividad local
  • Enfocar esfuerzos para atraer la inversión externa al sector
  • Enfocar la promoción de exportaciones del sector
  • Organizar departamentos gubernamentales relevantes por sector
  • Crear estándares regulatorios eficientes y pro-innovaciones para reducir al incertidumbre, estimular la adaptación temprana, fomentar la innovación o los nuevos productos y procesos
  • Patrocinar los servicios de ‘rating’, la certificación de calidad del producto y el seguimiento independiente por servicios y productos del sector
  • Actuar como un comprador sofisticado de los productos y servicios del sector.


Resumen

 Una política activa de descentralización, compensación de desequilibrios territoriales e impulso de redes locales de instituciones de apoyo, es imprescindible para lograr avances por parte de los actores locales. Estas políticas, incluso las instituciones públicas nacionales y locales y las organizaciones intermediarias colectivas, tienen que pasar de ser ‘prescriptivas’ que de manera dirigista indiquen productos o tecnologías específicos, a políticas ‘transactivas,’ que busquen actuar sobre los costos de las transacciones o las relaciones de integración entres las empresas individuales y facilitar los cambio tecnológicos y organizacionales entres las empresas individuales en un grupo de empresas dado, definido por geografía o por sector

Tal como está indicado por la teoría institucional, los gobiernos públicos deben definir un sistema de reglas, procedimientos y vínculos que permita a los actores económicos relacionarse y lograr formas más altas de integración económica o en otros términos deba promover la participación de una multiplicidad de sujetos y la coexistencia de muchos intereses.  

Las políticas de intervención bien pueden ser políticas horizontales y no-sectoriales, tales como las que traten el mejoramiento de la calidad de los factores de producción: el capital humano, el capital social la accesibilidad regional.

En este sentido ya ha ocurrido una transformación progresiva en el entendimiento de cómo dirigir el sector público basado en la aplicación de los principios y técnicas de administración de empresas a instituciones públicas y la administración de todo lo que esté bajo su responsabilidad, incluso el territorio. Se actúa una transición del modelo clásico, burocrático, jurídico e institucional de la relación entre las autoridades públicas y los ciudadanos a un modelo económico basado en la lógica de un servicio público, una transformación que cambie a los ciudadanos de ser ‘sujetos’ a usuarios o clientes de los servicios del Estado

La nueva administración pone atención en ambos tipos de públicos o clientes referentes, ya sea los clientes “internos” o los clientes “externos” La relación que une a los lugares y sus públicos y clientes externos es la atracción, mientras que la relación que une a los lugares y sus públicos o clientes internos es la satisfacción.

Algunas versiones simplistas todavía propugnan aún la necesidad del desmantelamiento del Estado o las ventajas del “Estado mínimo”, cuando en realidad de lo que se trata es de su reinvención. Se requiere ahora la aplicación de políticas de nivel micro y meso-económico, acompañando las políticas macro-económicas, y orientadas a asegurar la innovación tecnológica y organizativa del tejido productivo y empresarial existente en los diferentes ámbitos subnacionales. Los gobiernos nacionales tienen, por supuesto, responsabilidades amplias, porque son capaces de estimular, impulsar y apoyar el desarrollo de iniciativas locales sistemáticas; tienen que proporcionar el esquema regulatorio y las estrategias nacionales en las cuales tienen que caber las políticas locales, y también tienen que controlar, compensar y poner en equilibrio a las distintas iniciativas locales, en cuanto el desarrollo económico local no puede llegar a ser egoísmo local, y en esto el papel del estado central es básico.